Volver a casa

A pesar de que no media ningún contrato en la relación entre los clubes y los jugadores en la Primera división C, por la cuarta categoría juegan, jugaron y jugarán profesionales que sí conocieron el profesionalismo. Tal es el caso del volante Juan Carlos Padra, ex jugador de Huracán y ahora en Fénix, o del reconocido delantero Carlos Daniel Cordone, campeón a nivel local con Vélez y sudamericano en San Lorenzo, aunque finalmente con un oscuro final en la máxima categoría.

El “Lobo” fue, hasta hace seis meses, la figura de Leandro N. Alem, el club de sus amores y del que algún día ya prometió ser Presidente. Si bien ahora milita en Tristán Suárez, promete volver a vestir la azul y amarilla.

“Es mi lugar en el mundo, donde puedo jugar para divertirme, siempre motivado por los colores”, subrayó el habilidoso futbolista, vistiendo su inconfundible remera de La 25, la misma que mostró cada vez que gritaba gol en Primera División. Todavía lo hace, aunque lo amonesten.

Hace lo que quiere en su casa. Llega primero, cuelga sus banderas en el alambrado (“No te sorprenda volverme a ver”, “Pilar”, “Tiempo de Estar”, “Ninguna droga me da la locura que vos me das”, “Los Perales”, “Alem 25” y “Al lado de mi pasión”, entre otros que cubren casi el 50 por ciento del perímetro de juego), saluda a sus hinchas, hace el precalentamiento junto a sus dos hijos, juega, se baña y descuelga los trapos como uno más. Con el argumento del compromiso y el sentimiento por el club, ni el mismísimo Presidente, Elio Marcheschi, se anima a cuestionarlo.

“Podría haber seguido jugado en Primera o alguna otra liga del mundo pero después de los dopings sentí que había cumplido un ciclo y debía parar un tiempo hasta tranquilizarme”, admite el goleador, quien finalmente se sumó a otro “Lechero”: Tristán Suárez en Primera B. Y claro, porque además de ser feliz, el “Lobo” tiene que comer.

Aunque lejos de General Rodríguez, Cordone le prometió a todos que volverá a la institución fundada el 25 de mayo de 1925. Sus correligionarios desean que su vuelta venga con ascenso bajo el brazo.