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Alejandro Mena, el trotamundos

De Río Tercero, Córdoba, hacia todo el mundo. Con ustedes: Alejandro Mena, uno de los defensores centrales de Almirante Brown, un futbolista que dio vuelta el globo terráqueo siguiendo el ruido de una pelota.

Primer destino: República Checa, vía Curitiba

El viaje arranca en Brasil. Más precisamente en Curitiba, ciudad en la que estuvo seis meses entrenando con el Atlético Paranaense. "El fútbol argentino allá es muy distinto. Lo juegan y lo viven diferente. Son más fanáticos que nosotros. Además, los varones saben que no tienen muchas oportunidades para progresar si no juegan a la pelota", cuenta Mena.

La travesía continua. Y el destino esta vez es un poco más extravagante: República Checa. Allí, Mena defendió la camiseta del Slezský FC Opava. Fue ahí donde el actual jugador del Mirasol vivió uno de sus mejores momentos, ya que pudo conseguir el ascenso a Primera División.

"La estadía fue muy difícil. Tanto la manera de vivir, el fútbol y las costumbres eran muy distintas. Tan diferentes que en los vestuarios del club había cajones de cervezas y después de los entrenamientos los jugadores las tomaban porque según ellos ¡eran regenerativas!", asegura el futbolista, quien además recuerda que mientras él pensaba en el fútbol las 24 horas, sus compañeros "estaban totalmente relajados".


Segundo destino: Bolivia y Venezuela

Antes de pisar la ciudad de La Paz, Bolivia, el defensor retornó a la Argentina para jugar en Talleres de Córdoba, club del cual es hincha, y Estudiantes de Caseros. En el altiplano, Mena militó en el club The Strongest: "Cuando llegué a Bolivia me sorprendí por el fanatismo que tienen por el fútbol. Por primera vez sentí el afecto de la gente y la presencia del periodismo. La sensación de jugar y ser reconocido fue muy reconfortante." En la altura, el cordobés participó de las copas Libertadores y Sudamericana entre los años 2005 y 2006.

Su próximo destino fue Venezuela, "un país hermoso", según exclama. Sin embargo, todas sus expectativas se desvanecieron en esas tierras.

"Jugué en Estrella Roja, un club que le pertenecía al gobierno y era totalmente amateur como todo el fútbol en Venezuela", cuenta. Y detalla: "El Presidente de la Corte Suprema de Justicia era el padre del máximo mandatario del club que, a su vez, era el nueve del equipo".

La última anécdota fuera del país, Mena la vivió en tierras venezolanas. "Entrenábamos en el campo de Estrella Roja que estaba en el medio de un regimiento militar. El lugar siempre estaba lleno de soldados y, una vez, en medio de un entrenamiento los gendarmes se metieron adentro de la cancha, que era un potrero, porque querían jugar ellos. Y se terminó la práctica porque los milicos querían hacer un picado", relata.

Actualmente, el cordobés juega su segunda temporada consecutiva en Almirante Brown, en la Primera B de nuestro fútbol, y sueña con lograr el ascenso como una suerte de premio a su perseverancia.

Por Alejo Diaz

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